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Remolinos
La guerra de Irak da qué hablar. En estos pocos días he tenido dos encontronazos esbozados. Esbozados porque no llegó la sangre al río (aquí no hay río), pero encontronazos al fin.
Y me he fijado en que probablemente estos encontronazos se producen porque cada uno es "punta de lanza" de corrientes amplias. Estos encontronazos son sólo
remolinos que forman parte de un enorme choque de esas corrientes. Dejo a otros la percepción de esas corrientes y el pronóstico de qué va a ir pasando, y me centro en los dos encontronazos recientes.
El primero fue con una mujer norteamericana, que defiende que lo principal es que la gente sienta el dolor ajeno. Que le gustaría que Bush y Saddam y los presentadores de televisión llorasen por lo que está pasando. Que si se siente ese dolor como propio, entonces todo lo demás "sale solo". Tiene razón, claro. "Si p, entonces q". Pero no voy a esperar por "p". Aunque puede que haya gente que sí tenga ese papel: los poetas y otros "obreros de la emoción". Con 7 mil millones de personas, hay trabajo para todos.
El segundo fue con un hombre de mi entorno cercano, al que comenté mis percepciones sobre esta guerra y al que también informé sobre la iniciativa de otrademocraciaesposible.net - en mala hora. Esencialmente, creo que con su respuesta quiso decir que soy un utópico (no un tipo práctico, como él) y además manipulable (porque claro, lo de votar en blanco favorece a los peores), y que lo que hay que hacer es hablar menos y contribuir desde dentro del sistema. La verdad es que, como cada vez que alguien me intenta insultar, me dejó rumiando, y no sólo sobre un asunto sino sobre dos.
Productivo que es uno, como las pústulas.
La primera rumiación es simple y ya la esbocé arriba: distintas personas sienten y expresan distintas cosas. Puede que haya gente que sienta como propio cada dolor de esta guerra. Los hay que intentan evitar cualquier tipo de sentimiento y a los que su cuerpo les pide otra cosa: salir y manifestarse, leer y tratar de entender, coaligarse con otros para hacer lo que hacen los activistas, buscar cómo trabajar para el futuro, tratar de captar, producir y difundir ideas más o menos novedosas ... Si estamos formando un gran cerebro a escala planetaria, entonces habrá neuronas más conectadas con la emoción y otras más para otras cosas. En este sentido, hasta el cinismo y la agresividad forman parte del equilibrio. Se trataría de buscar que el cerebro planetario tenga toda la funcionalidad y un equilibrio - porque ambas cosas son esenciales para nuestra supervivencia.
La segunda rumiación es que, siendo uno muy amigo de una clasificación, veo que, puestos a categorizarnos unos a otros, no hay dos categorías sino varias (que además no son ni siquiera mútuamente excluyentes):
- los utópicos manipulables desinformados
- los cínicos encallecidos
- los optimistas descartianos (esos que creen que este es el mejor de los mundos posibles)
- los utópicos prácticos (que creen que la utopía es necesaria como es necesario intentar girar mucho para girar menos pero por lo menos no darse contra el muro)
- los cínicos que a pesar de todo actúan ("pesimistas combativos", los llamaba un amigo al que hace años no veo)
- los "pasmaos"
- muchos otros
Todos tenemos nuestro sitio.
Y mi sitio, ¿cuál quiere ser? No estoy seguro. Ya tengo edad, pero no estoy seguro. Creo que me gustaría alinearme con los utópicos prácticos, pero trabajar con los informados y con los activistas.
2003-03-31 | 1 Comentarios
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Comentarios
1
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De: Vendell |
Fecha: 2003-03-31 09:56 |
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La verdad es que me siento reconfortado con su propuesta de categorías. Es más, seguro que muchos chapoteamos con un pie en dos de ellas mientras nos lavamos las manos en una tercera.
Lo único positivo de este asunto es que nos haga más conscientes de nuestra fuerza, más críticos y más sensibles a los sentimientos ajenos.
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